Roberto Fontanarrosa (Rosario, 1944 – 2007)

9 octubre 2024

Roberto Fontanarrosa (Rosario, 1944 – 2007)
Humorista gráfico y escritor. Conocido como el Negro

Entrevista realizada el 16 de julio del 2003, en su estudio de la calle José C. Paz, Rosario.

 Su estudio era una casita en un barrio muy tranquilo, de clase media, cerca del río. Adelante un pequeño jardín y adentro, recuerdo mesas de dibujo, a la manera de las mesas de dibujo de antes, una de ellas inclinada. Se respiraba computadora y muchos libros. Atrás de su silla de trabajo, había una ventana grande que iluminaba muy bien el ambiente.

Programé la cita desde Buenos Aires y él me esperaba puntual, a la tarde, a las cuatro.

Bueno, yo creo que es distinta la visión que uno puede tener desde adentro a lo que tiene la gente desde afuera ¿no? Incluso si uno se mira en un espejo, presumo que es diferente la mirada, la de uno sobre uno mismo y la de afuera.

A veces, viste que, se produce una cierta inquietud cuando por ahí aparece alguien que es muy parecido a vos. A mi me ha sucedido eso ¿no? …porque aparte, que la cara mía es un modelo fácil, digamos, es un modelo bastante encontrable, no es una cara exótica. O sea, pelado, con barba, hay muchos ¿no? entonces cuando por ahí aparece alguien con algunos rasgos que al menos uno imagina similares… te provoca como una… una inquietud. Al menos a mi me provoca… por ahí es una cosa como pudorosa ¿no? …de verse en otro. Sin embargo cuando uno se ve en televisión, en programas grabados, yo creo que lo que en esos casos me sorprende más que la cara es la voz. Es que uno no reconoce mucho la voz como cuando la escucha grabada. Pero tengo la sensación de que ocurre con la cara como puede ocurrir con artefactos, muebles, objetos, que han sido muy cercanos y muy familiares a vos durante toda la vida ¿no? Como que no podés encontrar una mirada diferente sobre ellos, ¿no? Yo trato de acordarme de muebles, por ejemplo, que había en la casa de mis viejos o cosas así y sobre el cual, los cuales, nunca tuve una mirada crítica ni pude tenerla ni la intentaba tampoco ¿viste? pero nunca supe si eran lindos, eran feos, si eran grandes, eran chiquitos. Eran muebles que estaban ahí, y que me resultaban totalmente naturales.

Con la cara propia, creo que sucede eso ¿no? De tanto verlo se produce un acostumbramiento. Lo que pasa a veces es la, cierta extrañeza que genera mirar fotos, fotos viejas.

Donde uno piensa o cree de que estamos iguales ¿no? Fulanito está igual a hace diez años, yo también… y cuando mirás una foto de cuatro años atrás, ya te das cuenta de que hay, hay muchos cambios ¿no?

En líneas generales, no puedo tener una opinión demasiado crítica sobre mi cara. Creo que por otro lado refleja ciertas cosas internas. No creo que sea una cara que invite mucho a acercarse… generalmente por ahí uno mantiene, sin quererlo, porque ya es así, una expresión bastante adusta, te diría, no demasiado sonriente.

A mi me ha pasado de gente que dice “bueno, mirá, yo no me acerqué antes, porque por ahí te veia muy serio”. Por ahí piensan que uno está concentrado o pensando en cosas filosóficas o en el laburo y no, nada de eso. Pero por la coincidencia de opiniones supongo que no es una cara que invite a acercarse demasiado, Mirá, yo hasta incluso puedo hacer una caricatura de mi mismo, porque vos hacés un tipo pelado, por ahí con cejas tupidas y barba… y bueno, mas o menos, mas o menos me las rebusco. O sea hubiera podido hacer caricaturas de tipos que eran narigones o con rasgos muy marcados, ahora los que son cara de nada ahí es…

Lo que yo creo que uno aspira, es que la gente se alegre… de verme ¿no? Como uno se alegra cuando aparece un amigo agradable o que sabe que la va a pasar bien con él, etcétera, etcétera, poniendo como punto de referencia opuesto al temor que uno tiene, a veces, de ser ese tipo que cuando aparece, los tipos, los otros dicen “Oh mirá, Uh! mirá quién viene… ¡el plomo este!” ¿no? Hay como  un terror interno de uno convertirse en ese tipo de personaje. Lo opuesto y gratificante es que uno sea el tipo que todos dicen “Uh! ¡qué suerte que viene fulano!” y considerando que en mi caso, muy particularmente, yo nunca he sido un animador de fiestas ¿no? No es que llego yo y se animó la reunión, pero… pero bueno, eso sería lo que a mi me gustaría. Y por ahí la mirada de uno con respecto a lo que considera belleza masculina no es la mirada femenina.

Nunca lo pensé realmente, es decir, me gustaría tener la cara de Alain Delon porque eso implicaría que uno sería otra persona ¿no?

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