Hermenegildo Sábat (Montevideo, 1933)

Hermenegildo Sábat (Montevideo, 1933)
Dibujante, caricaturista, pintor, escritor, conocido como Menchi

Entrevista realizada el 5 de junio del 2003, a las 17 hs, en la redacción del diario Clarín, Buenos Aires.

Me citó y nos encontramos en su particular espacio de trabajo, una oficina bastante reducida, vidriada, ubicada al final de una gran sala con muchas mesas y pantallas de computadoras, y periodistas trabajando.

De mi cara no opino porque yo no me miro, aparte que trato de evitarme, no intervengo. Es decir soy un tipo que no me, no tengo simpatía por, digamos, es decir soy un tipo que hago cosas pero en la persona no reparo mucho ¿no? Y aparte, en la cosas que hago, nunca sé lo que voy a hacer. Creo que eso es una constante. Antes no lo tenía tan claro pero ahora si, lo tengo muy claro, nunca sé lo que voy a hacer. Entonces sé que las cosas, evidentemente uno sabe cómo empiezan y efectivamente no se cómo van a terminar. Pero como estoy acostumbrado a hacer cosas, entonces me tomo tiempo, el tiempo que sea, digamos, conveniente… y bueno, llegado cierto momento doy por finalizadas las cosas. Pero sé, además, que [cuando] trabajo en, digamos particularmente con los cuadros, es una manera totalmente distinta del trabajo que yo hago en el diario ¿no?

Es decir, el trabajo en las telas, yo lo hago (y creo que es esa la motivación mía) que no se lo que voy a hacer. Lo cual puede parecer totalmente irresponsable… y bueno, debe ser. Salvo cuando yo tengo una idea, digamos, por ejemplo cuando hice los cuadros de las mujeres. Yo sabía que hacía mujeres, pero no sabía qué mujer iba a hacer ni cómo la iba a hacer.

Creo que lo que trato de combatir es mi facilidad, la facilidad para trabajar, que es un gran enemigo, y entonces me defiendo de esa manera, sin saber lo que voy a hacer ni saber cómo lo voy a hacer, especialmente. Por eso es que cada cuadro, de algún modo, puede ser contradictorio con el inmediato, pero tampoco me preocupa.

Creo que la acción de hacer el cuadro a mi me entusiasma mucho, como la acción de hacer un trabajo en el diario, también. Pero, reparar si esas cosas tiene que ver con mi cara… no tengo la menor idea con respecto a lo que yo transmito… sé que tengo deformaciones profesionales, entonces yo sé que miro mal, miro como un policía, entonces a veces me tengo que controlar porque yo sé que miro muy mal, pero es absolutamente inconsciente. Una vez, en 1970, me acuerdo porque yo trabajaba en un lugar cerca de, por esa razón yo tenía que bajar en la estación Diagonal Norte, en Diagonal Norte y la Cortada Carabelas, entonces iba subiendo la escalera y había un tipo ahí que yo nunca había visto personalmente (después ganó más notoriedad) pero yo lo reconocí, y yo no me di cuenta, y el tipo me dice “¿qué hay?”, y yo le dije “lo reconocí, nada más”. Era Guillermo Patricio Kelly… el que estaba con él se moría de risa, pero yo no… pasé de largo, no pasó nada, pero fue un advertencia con respecto a mi manera de mirar. Es decir, que yo no estoy en condiciones de decir qué pueden decir de mi cara, salvo cuando pasan esas cosas.

No pienso mucho en mi. No sé, quisiera que la imagen que yo no sé si es la imagen que he ganado en los demás, es… creo ser una persona decente, soy un demócrata, y creo cumplir con mis obligaciones naturales de ciudadano y de persona que convive con otros ¿no? No tengo armas… no sé, son esas cosas las que quisiera que se, pero esas cosas no se transmiten, sin duda, no se trasmiten. Es decir, soy un tipo que puedo estar tan expuesto un poco a locuras generales, que se nota, como cualquier otro, no porque yo haga lo que hago.

Es decir, hay un famoso… justamente famoso fotógrafo francés de quién yo tengo dos fotos de él firmadas que se llama Henri Cartier-Bresson, y él durante mucho tiempo trató de que no se conociera su cara… precisamente el decía que quería ser “un intruso en punta de pies”. Yo de algún modo, también, me identifico con eso. Es decir, disfruto la compañía de la gente, pero nada más que eso. Es decir, yo no trato de cultivar otras cosas.

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